Palabras de Monseñor Raymundo Damasceno Assis
Arzobispo de Aparecida, Brasil y Presidente del CELAM,
en el acto de instalación de la Tercera Reunión de Coordinación General
Muy estimados Señor Cardenal, señores Arzobispos y Obispos,
muy queridos sacerdotes y laicos del CELAM que nos acompañan!
Por tercera vez en este cuatrienio nos encontramos para una reunión de Coordinación General. Al comenzar quisiera saludar especialmente a los nuevos Señores Arzobispos que acaban de recibir el palio en Roma para la fiesta de San Pedro y San Pablo. Saludar a Mons. Carlos Aguiar, a Mons. Víctor Sánchez y a Dom Sergio da Rocha. El Santo Padre al entregarles el palio de pastor, recordó que el mismo Jesús, nuestro gran Pastor, se hizo también oveja, para poder conducir a las suyas en primer lugar a través de su propio ejemplo y su entrega por su pueblo. A Uds. le deseamos esa gracia muy especial.
En particular, quisiera saludar también a nuestro nuevo Secretario General, Mons. Leopoldo González, obispo auxiliar de Guadalajara, Mx, elegido en la Asamblea Ordinaria de mayo, realizada en Managua, para reemplazar a Mons. Víctor Sánchez cuando fue nombrado Arzobispo de Puebla. Mons. Víctor seguirá colaborando con el CELAM como Obispo Responsable del Observatorio Pastoral. Nos alegramos que Mons. Leopoldo ya comience su instalación acá en Bogotá que sólo podrá completar después de dejar su cargo de Secretario General de la Conferencia Episcopal de México en noviembre próximo. Será un especial aporte a la conducción global del CELAM.
Un saludo particular de bienvenida al P. Augusto Ríos, del presbiterio de Managua y adjunto de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que viene llegando para asumir la Secretaría Ejecutiva del Departamento Familia y Vida, juventud incluido, cuyo Presidente es Mons. Leopoldo Brenes, su propio Arzobispo. Muchas gracias a los dos por su disponibilidad para colaborar directamente en el CELAM. Muchas gracias Mons. Leopoldo por la renuncia que esto significa para su Arquidiócesis.
Al expresarle nuestra bienvenida al P. Augusto Rios, no puedo dejar de expresar nuestro dolor por la partida del P. José Antonio Díaz, sacerdote argentino, de la diócesis de Catamarca, que ha sido hasta ahora el Secretario Ejecutivo del Departamento Familia y Vida y que a petición de su Obispo actual Mons. Urbané nos dejará próximamente. El ha estado cuatro años al servicio del CELAM. Dos en el cuatrienio anterior y dos en este. Su actual Obispo reclama su regreso acabado el período de su contrato. A su Obispo, Mons. Miani, ya emérito, y a Mons. Urbané, le agradecemos su importante aporte al CELAM. Al P. José Antonio tenemos que agradecerle su valioso servicio de estos años. Sin duda que él mismo debe haber aprendido mucho, pero también ha sabido regalar su trabajo con gran espíritu eclesial, dentro de un área extremamente sensible hoy día y en la convivencia interna del CELAM, su entereza, disponibilidad, pensamiento abierto, juicio hondo y ponderado. Los Obispos, sacerdotes y laicos que han estado en contacto con él como Secretario Ejecutivo del CELAM, han apreciado mucho su presencia y servicios. P. José Antonio, muchas gracias y que sigas sirviendo así a la Iglesia en tu diócesis o donde el Señor te llame.
Quisiera también muy personalmente despedir en esta ocasión al señor Eduardo Peña que próximamente nos dejará porque ya ha alcanzado su edad de jubilación. El ha trabajado casi 19 años en el CELAM en los más diversos cargos: Secretario Ejecutivo del Departamento de laicos y Jefe de Personal, Administrador y Vice-Rector Pastoral del ITEPAL y los últimos 10 años como Director del Centro de Publicaciones. Esta enumeración de tareas muestra como la persona del señor Peña ha sido de alta confianza dentro del CELAM, hemos apreciado mucho sus capacidades, espíritu de colaboración y eficiencia y, sin duda, ha sido un pilar en el desarrollo del CELAM en los últimos veinte años. A él le agradecemos de corazón en esta ocasión su gran espíritu y lealtad eclesial y sólo podemos desearle que el Señor, a él y su familia, le siga conduciendo por sus caminos.
De nuestras diversas actividades de Presidencia sólo quisiera mencionar una. Esta es, nuestra visita a Roma del 3 al 6 de junio. Obviamente, la más importante para nosotros fue la visita al Santo Padre con quienes compartimos unos minutos de gran cordialidad y sencillez. De nuestra parte le expresamos cercanía en todos los momentos ingratos que ha debido vivir en este tiempo y nos detuvimos algo en el desarrollo de la Misión Continental. El Santo Padre nos siguió con mucha atención y comentó uno a uno todos los asuntos que le tocamos.
En esos días alcanzamos a hacer 12 visita diversos dicasterios. Al menos en tres dicasterios nos comentaron la participación de un ex miembro de UNICEF que en un encuentro sobre Pastoral de la Niñez organizado por el CELAM. Uno de los participantes comunicó esto en varias direcciones dando la impresión de que el CELAM estaba cerrando convenios de colaboración con UNICEF. Esto es totalmente errado pero fue la impresión que provocó. No estaría mal que entre nosotros comentáramos este hecho.
También en Roma, pudimos visitar y compartir una Eucaristía en el Colegio Pio Latinoamericano con motivo de la clausura de de la celebración de los 150 años de su inicio. Entre visita y visita pudimos visitar en el hospital al Cardenal Lozano Barragán y visitamos en su casa al Cardenal Etchegaray.
Por delante tenemos tres días de trabajos muy importantes. Prácticamente debemos hacer ahora la planificación para el año 2010 y hasta mayo del 2011, cuando termina nuestro Plan Global y nuestro servicio directo al CELAM en este cuatrienio.
Este Plan Global nos confío una tarea muy rica y nada fácil. Se trataba de ayudar a todas nuestras Conferencias Episcopales e Iglesias particulares en la proyección de la Conferencia General de Aparecida para que nuestros pueblos tengan más y mejor vida.
La forma de proyección de este acontecimiento eclesial, destacado por la presencia del Santo Padre y realizado en casa de Nuestra Señora Aparecida, un auténtico evento de Cenáculo, se decidió allí como una Misión Continental. Esta Misión Continental quería captar el momento de discernimiento, de gracia, de cercanía y responsabilidad por nuestro pueblo, que se vivió allí.
El objetivo último de la Misión Continental es llevar a la Iglesia, al Pueblo de Dios, a todos, a una vida más discipular ante su Señor y establecerla en una actitud misionera permanente. Sin duda que este objetivo no es cosa de simples cuatro años sino de muchos más. Nuestra intención ha sido el ayudar a poner en marcha esta “conversión eclesial”, animarla y sostenerla para que de sus frutos. Al inicio del 2008 publicamos un librito orientador “La Misión Continental para una Iglesia Misionera”. La Comisión ad hoc ha preparado ahora un segundo librito, “Itinerario de la Misión Continental”.
Hay dos aportes muy importantes del Santo Padre que quisiéramos recoger para ahondar en la misma Misión Continental. Uno es el Sínodo de la Palabra celebrado a fines del año pasado y que fortalece una inquietud central de Aparecida. Como Presidente del CELAM tuve el privilegio de participar en el mismo. El otro es el de la proclamación que ha hecho el Papa de un Año Sacerdotal, apoyándose en la figura del santo Cura de Ars, de quien se conmemora los 150 años de muerte. En esta convocación el Santo Padre ha querido destacar el inmenso valor del llamado sacerdotal, su santidad y alegría, así como el inmenso servicio que presta a la Iglesia y a la sociedad actual. En el trasfondo de este Año Sacerdotal sin duda que están también las deficiencias y escándalos de unos pocos ministros sagrados, sobredimensionados por los Medios de Comunicación, que si bien son casos aislados no dejan de causar mucho sufrimiento a todo el cuerpo de la Iglesia y afecta el testimonio fiel y generoso de la gran mayoría de sus ministros. Queremos acoger la petición de oración de Mons. Carlos Collazi por la Iglesia de Uruguay.
Queremos agradecer el Santo Padre Benedicto XVI por su tercera encíclica, Caritas in Veritate. La actual crisis economica y financera es sobretodo una crisis ética, una crisis de valores que antepone el lucro exagerado, la ganancia, a la dignidad de la persona humana, al servicio de la cual debería orientarse toda actividad politica y economica. En la medida que profundicemos la encíclica, todos deberemos tener presente sus directrices, en particular, el Departamento de Justicia y Solidariedad, como una fuente de enriquecimiento de nuestras actividades.
En nuestras oraciones en estos días no queremos olvidar algunas de nuestros Iglesias que peregrinan, sirven y sufren en varios de nuestros pueblos que hacen un camino difícil y conflictivo en sus historias. Baste con mencionar en estos días a la Iglesia en Honduras y no olvidar los incidentes que ha vivido la Iglesia en Bolivia. Por eso nos alegra la presencia del Señor Cardenal Julio aquí.
Deseamos que la Sma. Virgen, N. Sra de Guadalupe, con las advocaciones que tienen hondo arraigo en nuestras historias que se encaminan a los Bicentenarios de sus autonomías, esté con nosotros para vivir este nuevo encuentro nuevamente como un Cenáculo. Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos impulse en nuestra misión evangelizadora.
martes, 21 de julio de 2009
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